Alimentó al gato de su vecina sin permiso y fue denunciada: el caso tuvo una resolución inesperada

Se trata de lo ocurrido con este felino de nombre Leo. Hubo una disputa tan grande que terminó en la Justicia.
En general, suele ser difícil resistirse a la mirada de un animal, ya sea perro, gato, u otra especie, cuando pide que lo alimenten. El gesto de compartirles comida, siempre y cuando no sea tóxica para ellos, en general es visto como un acto noble y tierno. Sin embargo, una noticia impactó en un vecindario de Zúrich, Suiza, cuando una mujer recibió una multa de una enorme suma de dinero por alimentar al gato de su vecina sin permiso.
A simple vista, no es fácil detectar al bueno y al malo en esta historia sin antes conocer los pormenores. Aunque lo cierto es que la señora que alimentó al gato de su vecina durante 10 meses había sido notificada por escrito para que dejara de hacerlo. La denunciante, además, la acusó de tener estos gestos con la intención de apropiarse a su mascota.
El gato Leo y un caso increíble
El protagonista de esta historia, el gato Leo, fue detectado ya que luego de sus habituales salidas, dejó de volver a la casa de su dueña, aunque también lo esperaba con la comida preparada. El felino, en cambio, comenzó a encariñarse con la vecina jubilada de 68 años que incluso ya había instalado una gatera en su puerta para que Leo entre y salga cuando guste.
Cuando estas situaciones comenzaron a tener lugar, la dueña de Leo avisó a la señora de 68 años verbalmente en un principio. Luego, fue por escrito. Por último, al no tener éxito, decidió presentar una denuncia formal ante la Justicia donde detallaba todo lo ocurrido.
La Fiscalía actuó rápido y condenó a la jubilada, a quien se le puso dos multas: una por 850 euros y otra de 3800 euros por apropiación ilegal de la mascota. En total, la anciana debía pagarle a su vecina la elevada suma de 4650 euros, pero argumentó que su situación económica no era la mejor y se negó a honrar el fallo de la Justicia.
Luego de este desacuerdo, el caso terminó en los Tribunales. Los jueces decidieron citar a ambas partes, buscando que lleguen a un acuerdo para terminar con el caso. En un giro inesperado de los acontecimientos, luego de una reunión que se celebró a puertas cerradas, la dueña de Leo decidió dejarle la custodia del felino a la jubilada.
Tras este cambio de parecer, la vecina también optó por retirar la denuncia, dándole cierre a una batalla legal sin precedentes. Los pormenores del acuerdo, o los motivos que la llevaron a cambiar de parecer, solo son conocidos por ambas mujeres y la Justicia.
¿Por qué no darle de comer a un gato o perro desconocido?
Aunque esto pueda parecer un acto noble, lo cierto es que alimentar a un gato o a un perro desconocido puede causar más problemas que beneficios. Si bien pueden ser de la calle, o tener un dueño, lo cierto es que muchos animales tienen dietas específicas indicadas por veterinarios, ya sea por alergias, intolerancias o tratamientos médicos, y ofrecerles comida sin conocer su situación puede afectar seriamente su salud.
Otro detalle a tener en cuenta es lo que ocurrió en el caso anteriormente mencionado: si el perro o gato tiene dueño, esta persona podría tomar acciones legales en caso de alimentarlo sin su permiso. Si alguno de estos alimentos además le provoca una enfermedad u otro problema de salud, la persona responsable podría enfrentar penas considerables.
Lo cierto es que el conflicto entre la vecina y la jubilada, si bien terminó con una resolución favorable luego de un acuerdo entre las partes, refleja la peligrosidad de tomar estas decisiones que a simple vista pueden ser inofensivas, pero que podrían causar daños no intencionados.
Fuente: TNoticias